miércoles, 11 de julio de 2012


Vino, nutrición y salud

Casi un medicamento

El vino, puede considerarse un alicamento o nutracéutico, ya que no solo nutre sino que sirve para prevenir ciertas enfermedades y dolencias.

Para empezar, su consumo regular y siempre moderado puede disminuir hasta en un 30% el riesgo de accidente cardiovascular; por sus componentes antioxidantes, entre ellos el popular reverastrol, favorece la disminución del estrés oxidativo y ralentiza el proceso general de envejecimiento; además, numerosos estudios ponen de manifiesto que algunas de estas sustancias pueden inhibir el desarrollo de distintos tipos de cáncer como el de próstata, páncreas, colon y tiroides; igualmente reduce el riesgo de padecer una degeneración macular, la causa más frecuente de ceguera en adultos mayores de 65 años de edad; es un aliado de la salud periodontal debido a sus polifenoles, que en paralelo manifiestan un efecto beneficioso y los procesos degenerativos de la cognición; actúa como estimulante de la segregación de los jugos gástricos, facilita la digestión y favorece la absorción de las proteínas animales. Finalmente, el vino, insistiendo una vez más en la moderación de las dosis, se manifiesta como un antidepresivo; es un elevador del tono vital porque actúa sobre el ciclo metabólico del azúcar y los neurotransmisores cerebrales: la serotonina, la dopamina y la adrenalina.

Fuente: Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense y Presidente de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN).

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