martes, 24 de julio de 2012


PALMACES ES ROCK AND ROLL

Después de un año duro, muy duro tanto física como mentalmente me plantaba a las 14:00 horas en Palmaces. En el trayecto que separa mi casa de ese precioso pueblo de Guadalajara mi cabeza no dejaba de pensar en esos malos ratos que pase en Marbella (quizás demasiados) y en el abandono de Zarautz, que junto cuando decidí dejar el futbol ha sido el palo más duro de mi carrera deportiva. Lo había dado todo y los calambres me hicieron bajar de la bici y no poder salir a correr.

Los fantasmas planeaban y las dudas crecían y crecían. Podría acabar?, podría sobreponerme a los momentos de sufrimiento?, tendría las fuerzas necesarias para dar un paso tras otro sin parar?

Todas estas dudas se resolverían en unas pocas horas…

… 16:30. Allí estaba de nuevo, mirando a lo lejos la primera boya con la respiración entrecortada y las pulsaciones por las nubes. Bocinazo de salida y la batalla empieza. Malas sensaciones hasta el primer giro, luego consigo centrarme y remediar mi mala salida, aun así bajo mi tiempo 3min y salgo del agua en 27min.


Todos me piden calma…, saben que la bici es lo mío, pero también saben que es donde puedo acabar con el triatlón. Me lo tomo con paciencia, paso a algunos compañeros pero siempre guardando y sin dejar de comer, beber y pensar en la carrera a pie. Al final sector de bici clavado al del pasado año 1h 45min…, no está nada mal para ir guardando.


Llego a la transición y con mucha calma me pongo las zapatillas, gorra y comienzo a correr…

A la salida del pueblo miro el gps y veo que voy algo pasado de vueltas, decido bajar el ritmo pero por arte de magia aparecen los malditos calambres. NO!, DIOS!, otra vez no, pero si entrenando nunca pasa… Me pongo a andar, me paro, miro al cielo… y pienso que se acabó, no merece la pena seguir con esto… Pero yo sigo andando, y ando, y pienso. Y me veo entrenando, y me doy cuenta que han venido mis hijos, y que Daniela esta como loca por entrar con papá corriendo en meta… y entonces decido correr, correr y aguantar el dolor. Total, ya lo conozco y sé que no va a ser peor. Y así, viendo cómo te pasan uno a uno todos los que nadaron y fueron más lentos en la bici pasan los kilómetros. Distraes tu mente con el paisaje, con cuentas tontas de lo que queda, con el siguiente avituallamiento, hablando con alguien del público… y así pasan los kilómetros. Y ves como a tu paso los tuyos sufren por no poder hacer nada. Te preguntan, pero es mejor no responder… Esos ánimos son imposibles de agradecer… y así pasan los kilómetros.



Y sin darte cuenta, te plantas en los últimos metros. Has ganado la batalla, has podido de nuevo, los fantasmas han desaparecido y ya el dolor no duele… y giras para encarar la meta y allí están. Las tres personas más importantes de tu vida esperándote, más felices que tu al ver tu sueño y objetivo cumplido. Mamá me entrega a los peques y siendo la mejor espectadora ve como una familia unida consigue sobreponerse a cualquier obstáculo en el camino.

Gracias MAMA, gracias DANIELA, gracias MANUEL… Os quiero!

 … Y me fui escuchando al LOCO, que como Palmaces, también es ROCK AND ROLL.

Salud!

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