PALMACES ES ROCK AND ROLL
Después de
un año duro, muy duro tanto física como mentalmente me plantaba a las 14:00
horas en Palmaces. En el trayecto que separa mi casa de ese precioso pueblo de
Guadalajara mi cabeza no dejaba de pensar en esos malos ratos que pase en
Marbella (quizás demasiados) y en el abandono de Zarautz, que junto cuando
decidí dejar el futbol ha sido el palo más duro de mi carrera deportiva. Lo
había dado todo y los calambres me hicieron bajar de la bici y no poder salir a
correr.
Los
fantasmas planeaban y las dudas crecían y crecían. Podría acabar?, podría
sobreponerme a los momentos de sufrimiento?, tendría las fuerzas necesarias
para dar un paso tras otro sin parar?
Todas estas
dudas se resolverían en unas pocas horas…
… 16:30.
Allí estaba de nuevo, mirando a lo lejos la primera boya con la respiración
entrecortada y las pulsaciones por las nubes. Bocinazo de salida y la batalla
empieza. Malas sensaciones hasta el primer giro, luego consigo centrarme y
remediar mi mala salida, aun así bajo mi tiempo 3min y salgo del agua en 27min.
Todos me
piden calma…, saben que la bici es lo mío, pero también saben que es donde
puedo acabar con el triatlón. Me lo tomo con paciencia, paso a algunos
compañeros pero siempre guardando y sin dejar de comer, beber y pensar en la
carrera a pie. Al final sector de bici clavado al del pasado año 1h 45min…, no
está nada mal para ir guardando.
Llego a la
transición y con mucha calma me pongo las zapatillas, gorra y comienzo a
correr…
A la salida
del pueblo miro el gps y veo que voy algo pasado de vueltas, decido bajar el
ritmo pero por arte de magia aparecen los malditos calambres. NO!, DIOS!, otra
vez no, pero si entrenando nunca pasa… Me pongo a andar, me paro, miro al
cielo… y pienso que se acabó, no merece la pena seguir con esto… Pero yo sigo
andando, y ando, y pienso. Y me veo entrenando, y me doy cuenta que han venido
mis hijos, y que Daniela esta como loca por entrar con papá corriendo en meta…
y entonces decido correr, correr y aguantar el dolor. Total, ya lo conozco y sé
que no va a ser peor. Y así, viendo cómo te pasan uno a uno todos los que
nadaron y fueron más lentos en la bici pasan los kilómetros. Distraes tu mente
con el paisaje, con cuentas tontas de lo que queda, con el siguiente
avituallamiento, hablando con alguien del público… y así pasan los kilómetros.
Y ves como a tu paso los tuyos sufren por no poder hacer nada. Te preguntan,
pero es mejor no responder… Esos ánimos son imposibles de agradecer… y así
pasan los kilómetros.
Y sin darte
cuenta, te plantas en los últimos metros. Has ganado la batalla, has podido de
nuevo, los fantasmas han desaparecido y ya el dolor no duele… y giras para
encarar la meta y allí están. Las tres personas más importantes de tu vida
esperándote, más felices que tu al ver tu sueño y objetivo cumplido. Mamá
me entrega a los peques y siendo la mejor espectadora ve como una familia unida
consigue sobreponerse a cualquier obstáculo en el camino.
Gracias
MAMA, gracias DANIELA, gracias MANUEL… Os quiero!
… Y me fui
escuchando al LOCO, que como Palmaces, también es ROCK AND ROLL.
Salud!